MÁS SOBRE ZIHUATANEJO


Recordando más sobre nuestras aventuras en Zihuatanejo, especialmente en la Playa "Las Gatas" denominada así porque antes ahí había mucho tiburón gata, todo era virgen y no había muchas casas, sólo las de Oliverio, de su hermano Olegario y de Carlo Durand un francés que se fue a vivir a este rincón del planeta, además de Mundo el farero.



Las primeras veces que viajábamos a Zihua, hacíamos casi todo un día desde la Ciudad de México, ya que la carretera literalmente se acababa en Petatlán, de ahí en adelante todo era terracería y la caravana de autos que íbamos teníamos que cruzar los ríos ya que no había puentes, a veces el agua hacía flotar a los coches y nos teníamos que bajar para equilibrarlos. Las mujeres de los alrededores lavaban su ropa en los ríos completamente desnudas, con el tiempo comforme fue llegando más turismo, lavaban pero ya vestidas.

Una vez que arribábamos al pueblo de Zihuatanejo que en ese tiempo sólo era una calle de terracería (tipo pueblo del Oeste), dejábamos los autos en un lote baldío y nos hicimos muy amigos del dueño, así nuestros coches estaban seguros; A unos metros estaba el muelle del pueblo y Oliverio o sus hijos con conocimiento previo de nuestra visita, íban por nosotros en las lanchas, en ellas subíamos todas las tiendas de campañas, con el equipo y así cruzabamos la bahía hasta "Las Gatas".



Cuando Giorgio Torelli comenzó a comprarle equipo a Oliverio para que este pudiera vivir mejor de la pesca y después con el tiempo pusiera su escuela de buceo, una vieja Arca de Oli, nos servía como Cabaña y como establecimiento para guardar todos los tanques, la compresora y reguladores, así como visores y aletas; Sí alguno de ustedes recuerda antes había una marca de aletas y visores "Escualo", pues tal como les comenté en el otro segmento, "Escualo" era otra empresa alterna a la editorial "Editormex" y el logo de las aletas que era un tiburón, lo hizo mi padre.



Todo era muy rústico, acampábamos y con el tiempo Oli con su familia nos construyeron cabañitas para quedarnos ahí.



Poco a poco fuimos llevando refrigeradores, y todo lo necesario para las 7 familias que pasábamos las vacaciones por allá.


En los días siguientes ya entrados en las vacaciones, los adultos comandados por Oliverio se íban a las 7 de la mañana a mar abierto a pescar con arpón, no como deporte sino para sobrevivir ya que no había hoteles ni restaurantes en aquellos tiempos...





...sólo se pescaba lo necesario, al principio la pesca era para nosotros y para algunos lugareños conocidos de los Maciel, conforme Zihua fue convirtiéndose en un centro turístico, los hoteles nos compraban pescado para sus clientes y Oli ordenaba a cada uno pescar de dos a siete piezas por sumergida.




Nos dábamos atracones de Almejas, Langostas, Pargos, Meros, Medregales, Palometas y de otras especies, ahora comer langosta es un lujo.


Entre los que íban a Zihuatanejo estaban: Victor Gascón (q.e.p.d.), dueño de otra editorial donde se hacían las historietas de Hanna Barbera, Oculto, Insólito, entre muchas otras publicaciones, Victor era compadre de "Chabelo".



También mi tío Memo (q.e.p.d.), escritor del "Libro Vaquero", "El Tío Porfirio" y "Hermelinda"; Javier Barriga (q.e.p.d.), que cuando Giorgio murió se quedó al mando de "Editormex"; Gordi Sayrols y familia dueños de la distribuidora de revistas y de media colonia Del Valle, además de que una de sus hijas hoy es dueña de editorial "Selector".


Giorgio Torelli, mi tío Memo González, Javier Barriga y mi padre

Con el tiempo llegó mucho extranjero, embajadores de varios países, todos buscando a Oliverio ya que poco a poco su fama se fue extendiendo a nivel mundial. A mi corta edad, me la pasaba de maravillas en el mar y viviendo muchas experiencias que no creo se vuelvan repetir.



Al principio yo le tenía un pánico al agua, pero de verdad pánico, sin embargo poco a poco se me fue quitando el miedo y ya nadie me sacaba del mar, hasta las yemas de los dedos se me arrugaban por todo el tiempo que me la pasaba dentro del agua.




Oli me enseñó a respetar a la Naturaleza y a tomar de ella sólo lo necesario, La familia Maciel tenía un criadero de Tortugas, para aumentar el número de la población, en varias ocasiones nos tocó presenciar el nacimiento de las tortuguitas y cuidábamos que llegaran al mar, cuando menos las salvamos de las gaviotas, cangrejos e iguanas que estaban listos para comerse a todas las que pudieran.


En las noches siempre nos divertíamos con juegos de mesa como turista o parkase, a veces con los adultos ya que ellos jugaban ajedrez y dominó.



Cuando había algo especial para celebrar, hacíamos fogatas, recuerdo que eran memorables esas noches de fogatas, veíamos ovnis, estrellas fugaces y las noches estrelladas.



Les estaré compartiendo mis experiencias nostálgicas y les pido disculpas, pero recordar es vivir.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado Oscar:

Esta muy padre tu blog, sobretodo tu nostalgia setentera, felicidades ya estas en mi lista de blogroll. saludos.

Fernando.